#13 (FINAL)
Se enciende el día y salgo del fuego, las cosas ya no tienen tu nombre ni la luz tus reflejos. Subo a la montaña en la que muere el Sol como un ermitaño hecho de furia y ladrillo, para hablar con Saturno, sentir la hiedra aferrarse a mis sentidos. Llegados a esta orilla sigo sin hacerte ver que estoy al fondo del oleaje, donde descansan los tesoros, y que la presión no me afecta; que aún conservo el resplandor intermitente de la superficie. Salgo del laberinto y estoy donde empecé. Esta vez no entro de nuevo, esta vez exhalo el bucle y empiezo, en vez de volver a empezar.