#2
Me ves tambalear,
tengo la trayectoria errante del vuelo del murciélago,
pero mi piel estirada aún te cubre el corazón.
Mutan mis nervios ante tus ojos.
Según el Sol y el cielo
estoy arrastrándome en el suelo o atado a un mástil;
con la rabia entre los dientes
o con tu amor empañándome el horizonte.
Intoxicado por ti,
igual que por el batir de alas del colibrí;
me levantas de lo obsceno y lo mundano
y archivas mi transcurrir.
Me vuelvo el cielo que te toca,
el infierno entre tus piernas;
la corrida en el colchón.
...te vuelves la sincronía sobre mi piel infame,
techo y suelo girando
a la misma vez.
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