#5
Me meto en tus ojos.
Hay un borde de luz en ellos que me habla,
un rastro por las baldosas que tiene tu nombre,
y el cielo afectándome, cayéndoseme encima.
Si por mí fuera, seríamos almas
y la carne solo sería comida;
no me dolerían los ojos y me guardaría los poemas,
me los guardaría
en el témpano del pasado y la cucaracha del futuro.
A ti te movería el poto
y llevaría tu sonrisa grabada en la coraza,
o en el cuero,
y verías la mía entremedio del fuego,
igual que la ves
entremedio del polvo,
igual que hacemos el amor vestidos en el sofá.
Porque estoy metido, metido;
metido en ti por las bránqueas
como metida en mi por las narices;
como metido el cielo en mi mirada.
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